24 oct 2010

Grano de arena



Si no escribo, es porque todo lo que pueda decir sería demasiado obvio. No siento estar descubriendo algo nuevo, si bien fuera nuevo para mí. Veo que mi vida se parece a millones de otras vidas, que no es nada extraordinaria. Me siento un pequeño grano de arena en una playa infinita. Será eso la madurez?

Pero, si dibujo, tampoco dibujo algo novedoso. Miro el mundo y dibujo lo que veo. No necesito inventar nada más, me fascina tal como es. No siento la necesidad de mostrar mi interior, si el mundo exterior es tan interesante. Al contrario, lo que pretendo es interiorizar el exterior, apoderarme por un instante de la realidad, hacerla pasar por mis ojos y mi cerebro, recrearla con mis manos. Así puedo acercarme al mundo y tocarlo. No puedo decir que me ayudara a entenderlo, pero aceptarlo y quererlo sí. Esa es la forma de como me relaciono con el mundo.

Hace tiempo que dibujo los Cristos, Virgenes y Santos y no me lo explico muy bien, ya que no soy cristiana y ni siquiera sé si creo en Dios. Pero ahora lo veo mucho más claro. No es porque me identifique con los Santos, sus divinas cualidades, o que me atraiga el sufrimiento. No. Me interesa la imágen como tal, quiero saber de donde viene la fuerza que atrae a tanta gente, la fuerza que hace que sean adoraradas y queridas. Me pregunto porqué sucede justo con estas imágenes, y con otras no. Y si re-dibujo los íconos de los Santos peruanos, es porqué así quiero acercarme a la gente que sí siente la fuerza que generan, y saber si yo también soy capaz de sentirla e incluso, de crearla.

Puede que ahora piensan que tonta soy, que esa fuerza no es nada más que la fe, y que esta no está en las imágenes sino en nosotros. Somos nosostros que ponemos la fuerza en ellas para que se cumplan nuestros deseos. Y sí, de hecho tiene mucho que ver. Pero yo insisito que algo debe tener la imágen. Algo que hace que la gente se queda mirando y cree en cosas que no ven, que están detrás...

Si no escribo, no significa que no dibujo. Pero a veces no dibujo, y me siento como un grano de arena...

4 comentarios:

Mamá de 2 dijo...

Interesante postura, acercarte a un colectivo determinado de personas tratando de comprender qué contienen las imágenes que les atraen, qué les pueden transmitir.

Podríamos conversar horas al respecto (y tal vez tengamos oportunidad de ello), pero creo que no debemos dejar fuera de consideración varios elementos relacionados con el contexto histórico y social de una determinada tendencia iconográfica, asociado a la ideología imperante, etcétera.

Estudiar diferentes tipos de sincretismos religiosos (cristianismo + paganismo, por hablar de algo cercano) podría ser un buen comienzo. Ten en cuenta que los credos panteístas siempre han tenido representaciones más asociadas con la naturaleza y la propia corporeidad humana.

En fin, lo dejamos para luego, que no acabo.

¡Abrazo fuerte!

Anónimo dijo...

Es muy oportuna tu presentación, coincide con la fe de una multitud de personas y familiar no sólo de Lima, ni de peruanos sino también en algunos lugares del mundo. La devoción y procesión del Señor de los Milagros, conmueve tanto como el artículo que has escrito.
Tú, Dora, sabes captar ese sentir tan especial, pues tienes un gran corazón más allá de una vasta inteligencia.
Bendiciones del Cristo Moreno.
AnaTeresa

TaL dijo...

Dora, lee "El porvenir de una ilusión" de Freud. Sirve para pensar parte de lo que escribes. Un besote! Y felicitaciones por la diagramación del libro de Gonzalo, quedó muy bien!

Dora dijo...

Gracias, Tali, voy a buscar el libro, a ver si ya estoy a las alturas para digerir a Freud...
Y sí, estoy muy contenta con el libro de G.