27 jun 2010

No me basto

A veces no me reconozco. No soy la que pienso ser. Y es que es una de las épocas de transformación en la que ya no me basta ser la que soy. Recién descubro que ser mujer implica ir transformándome de una época de la vida a la otra, redefiniéndome con cada papel que me toca representar. Como un renacuajo que pierde sus aletas al convertirse en rana, la niña también pierde algo de sí durante el proceso de convertirse en amante, pareja, esposa... madre. Hasta ahora no me queda claro como funciona eso de transformarse. Muchas veces observo mujeres en la calle y me pregunto como han sido cuando tenían veinte, y adónde se han ido esas chicas.

Ultimamente el tema de la maternidad me está atacando de todos lados. Hasta el cansancio... Tengo la oportunidad de observar como se van transformando las mujeres en mi alrededor. Poco a poco perdí casi todas las amigas que tenía. Suena duro, pero es un poco así. Se han vuelto madres y a pesar de haberme/se asegurado de que nada va a cambiar (“Si te hable de los pañales, me paras nomas!”) las conversaciones que tenemos ahora ya no son las de antes. Me buscan como a la amiga con la que pueden conversar de otros temas, no solo de sus hijos, pero como que no les sale. Y yo no las paro cuando me hablan de “los pañales”, porque me parece injusto. Las escucho, pero es como si me hablaran del otro lado del río.

Quizás ahora parezco una mujer anti-niños. Pero así no es. Los niños siempre me han gustado y parece que yo les gusto también. Me encanta pasar el tiempo con mis sobrinos u otros niños, disfruto de la posibilidad de encariñarme con niños que no sean míos. Creo que siendo madre dificilmente sentiría eso. No pienso que al convertirse en madre se acaba el mundo. Pero según lo que veo, cambia bastante. Nunca he tenido dudas si ser madre, pero creo que tengo miedo a perder mis aletas.

Por eso se me hace difícil identificarme con la mujer que soy ahora. Me siento atrapada en el tiempo, un renacuajo sacado del agua pretendiendo seguir nadando pero muriendo con cada respiro. Siento que no puedo seguir así. Necesito volverme un ser nuevo, uno que sepa respirar el aire sin ahogarse. Y no sé como hacer...