28 abr 2010

Traduciendo

Tengo en mi mesa veinte cartas de niños de Paucartambo. Son cartas de los niños peruanos a sus padrinos checos, padrinos que desconocen pero gracias a los que pueden estudiar. Esta ayuda para los niños talentosos y pobres del departamento Cusco organiza Fundación Inca, una pequeña organización fundada por Olga Vilímková después de pasar un año enseñando en un colegio del departamento de Cusco. Desde el año 2001 ha aportado ayuda a más que 930 niños, muchos de ellos se han graduado y ahora ejercen sus profesiónes en sus comunidades y una niña recibió beca del gobierno Checo y entró a la universidad de Praga, donde estudia en checo.

Yo, a parte de ser orgullosa madrina de un chibolo, me ofrecí de traductora de las cartas al checo. Para mí es una experiencia única, un contacto mas cercano y autentico que podría tener. La mayoría son niños del 4to hasta 6to grado, y es interesante ver el dominio del español de los niños, cuya lengua materna es quechua. Me causa mucha ternura leer frases tipo: "En bacacion e estado halegre y felis" o "Me despido con fuerte huabraso" o "Ser proficional sería un grande triunfo para mi, sería ser feliz."

Algunas de las cartas son un poco repetitivas, se nota que el niño no supo que escribir, entonces ha puesto lo que la maestra le dijo. Algunos cuentan de sus vidas, describen sus casas, familias y costumbres en el pueblo. Uno hasta escribió un poema, donde cuenta:"...hay jugando con mis hermanitos, hay riendonos, haciendo chistes, con mis amigos habeses pasteando mis hobejitas y habeses subiendo ha Huallamoco dar pasto a mis conejos". Hay historias mas personales, en las que se nota que el niño no sabe expresarse bien en castellano, así que no se entiende bien. Hay una carta indescifrable, que ni reconozco si es español o quechua, que parece ser de un dislexico.

Y hay tambien historias tristes y conmovedoras, donde el niño le cuenta sus penas al padrino, siendo el la única persona a que puede quejarse. Una niña cuenta de su papá boracho que la pega a ella y a su madre, o de un profesor que pega a los niños en el cole: "mi profesor era malo, nos sobaba con puntero". Dice: "Padrinos mios, quiero que vengas, yo no puedo venir porque Praga es lejos. Pero un poco les conosco en buestra foto...".

Me pregunto como será el futuro de estos niños. Como les influirá la experiencia del encuentro con el otro mundo? Cómo seguirán estudiando, si ya en Cusco se encontrarán con discriminación de parte de los ciudadanos de su propio país? Les servirá saber que en algún lugar lejano hay alguien que los considera dignos de una buena educación? Les ayudará sentirse mas seguros? Y se cumplirán las expectativas de que los graduados se quedarán trabajando en sus comunidades, y no se irán a vivir "una vida mejor" a una de las ciudades más grandes?

No se sabe. Pero yo quiero creer que les servirá, sin importar si siguan estudiando o no, ya solo para ver que saber leer y escribir sirve para algo más que sacar buenas notas. Y que no solo importa el dinero que uno regala sino cuanto interés en el otro demuestra y cuanto cariño le pone a las palabras escritas. Porque es bueno ver que puede haber un diálogo entre dos personas que no hablan el mismo idioma, que viven muy lejos y que ni siquiera se han visto. Que a pesar de tantos obstáculos la carta al final llega a su destinatario. Quiero creer que uno llega a transformar su mirada, sus actitudes y sus valores al ingresar en el universo del otro. Porque el diálogo cambia a sus participantes y, al confrontarlos, los vuelve más humanos.



Cita: Cultura de paz, bilingüismo e interculturalidad,
Juan Carlos Godenzzi
Fundación Inka: http://www.inkaperu.cz/